Corrección ortotipográfica

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  • 15 de junio de 2021
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    Nos encontramos ante la corrección maestra, la que se debe realizar en toda obra. En ella se corrigen aquellos aspectos que necesariamente deben ser revisados. Con la corrección ortotipográfica no se toca la redacción del autor, sino que se revisan los aspectos puramente ortográficos y gramaticales.

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    Según la RAE:

    Ortografía: Conjunto de normas que regulan la escritura de una lengua.

    Gramática: Parte de la lingüística que estudia los elementos de una lengua, así como la forma en que estos se organizan y se combinan.

    Dentro de la corrección ortotipográfica los errores más trabajados son:

    • Puntuación: en ocasiones, bastante compleja y subjetiva. Dependiendo del género y la intención del autor se hará uso de unos u otros signos. Ahora bien, hay una normativa que hay que aplicar. Por ejemplo, el uso de las comas puede ser uno de los más problemáticos ya que, en ocasiones, aunque queramos insertar una no podremos por normativa. Ahí entra en acción el trabajo del corrector.
    • Acentuación: la labor del corrector será más exhaustiva que en cualquiera del resto de campos ya que en la acentuación la normativa es clara y habrá que seguirla aplicando las últimas actualizaciones.
    • Diálogos: uno de los aspectos más desconocidos. Según el verbo que nos encontramos, nos encontraremos ante un tipo u otro de diálogo. En consecuencia, se aplicará una puntuación u otra.
    • Concordancias: debemos atender al género, al número, al significado del mensaje a transmitir para que las posibles inconcordancias sean solventadas.
    • Mayúsculas: muy importantes cuando atienden a lugares, nombres propios, cargos, calles, accidentes geográficos, títulos…
    • Comillas/cursivas: se emplearán unas u otras dependiendo de si se trata de una cita, un título, un mensaje directo, un extranjerismo, etc.

    Estos serán algunos de los aspectos abordados en una corrección ortotipográfica, entre otros. Como podemos comprobar, nos encontramos ante un trabajo que exige de tiempo y detalle. El corrector abordará la corrección a través de una herramienta de seguimiento (Control de cambios) para que el autor pueda revisar los errores solventados.